6/03/2009

Contribuciones del Movimiento Comunal al Desarrollo Social

El Subsecretario de Organización y Participación Ciudadana de Medellín, Miguel Ángel Restrepo Brand, ha lanzado una pregunta provocadora: ¿Por qué y cómo la organización comunal y social es protagonista del desarrollo en Colombia?

En el fondo de esta pregunta puede estar una gran inquietud por la validez misma de las organizaciones comunales y sociales como actores del desarrollo, en un período en el que los mesianismos carismáticos han revivido en el escenario nacional con un gran respaldo social y político. En la cima de esta postura benefactora está el propio Presidente Uribe quien recorre el país solucionando problemas y dictando órdenes de trabajo a los gobiernos locales, en detrimento del papel de los alcaldes (suplantados por el Presidente) y de las mismas organizaciones comunales (limitadas a esperar que el benefactor llegue a sus predios para pedirle a través de sus líderes).

Una conquista política de la Constitución del 91 fue, precisamente, diseñar mecanismos para cerrar el paso a los cacicazgos, al clientelismo, a la dependencia de las comunidades del favor del parlamentario; para ello, la Carta proveyó múltiples escenarios de participación que, de alguna manera, siguen carentes de ciudadanía activa. En este sentido, es necesario preguntarse por el significado del trabajo que, desde el Estado, puede adelantarse por el fortalecimiento de las organizaciones, con una perspectiva democrática que amplíe los espacios y los llene con hombres y mujeres comprometidos con la transformación de la realidad social y económica de sus comunidades y con el fortalecimiento de un proyecto transformador del Estado y de las costumbres políticas.

Tal vez por esa razón, detrás de la pregunta palpita un afán por recuperar el lugar de la ciudadanía organizada en la gestión del desarrollo y en la consolidación de la democracia. Y digo recuperar, pues, una mirada retrospectiva sobre el movimiento comunal y de las juntas de acción comunal en particular, puede ofrecer pautas sobre la realidad de ese sector social y político y sobre las pautas para un trabajo efectivo desde la institucionalidad político-administrativa local, encaminado a su fortalecimiento y a la construcción de un vínculo despojado de los vicios que se han tratado de superar en los últimos años, cuando la palabra “transformación” ha sido el norte del proyecto político que gobierna a Medellín.

Con ese ánimo, en el contexto de lo que se ha empezado a conocer como el Modelo Medellín de Buen Gobierno y Desarrollo Social Integral, considero pertinente lanzar algunas pinceladas desde mi condición de Coordinador del Convenio Interadministrativo suscrito entre el Municipio de Medellín y la Universidad de Antioquia para el Fortalecimiento de las Organizaciones Comunales de Medellín. Estamos hablando, entonces, desde la necesidad de mirar la intervención específica para una gestión pública democrática del desarrollo en la que tengan un lugar estas organizaciones.

Mi relativa distancia de la historia del movimiento comunal la trato de subsanar por dos vías: el contacto con las organizaciones y sus líderes y la lectura detallada de textos escritos por los mismos agentes comunales; en este caso, he tomado como referencia el texto El movimiento comunal en Colombia[1], escrito por John Jairo Llano Cano, líder de la Comuna 16, quien analiza el movimiento comunal durante el período 1991-2002; esto es, entre la promulgación de la Constitución Política y la expedición de la Ley 743, un período que me parece interesante y clave pues abarca más de una década del nuevo ordenamiento político de Colombia y nos ubica, exactamente, en el momento previo al inicio de la administración de Sergio Fajardo en la ciudad de Medellín, reconocido como el impulsor de una nueva forma de gestionar lo público, cuyas bases se están profundizando en la actual administración de Alonso Salazar.

Con ambas administraciones comparto el proyecto político fundamental, dirigido a fortalecer buenas prácticas de gobierno y a promover un desarrollo social integral, aspectos en los que hemos podido participar desde diferentes escenarios, transitando un camino de transformación de casi tres décadas, desde el movimiento estudiantil, el escenario de las organizaciones sociales y políticas, y desde las calles de esta ciudad que nos acoge.

En el siguiente esquema retomo unos aspectos clave del movimiento comunal (primera propisición) y planteo unas razones para intervenirlos, bien desde el mismo movimiento o, bien, desde una estrategia de fortalecimiento promovida desde la institucionalidad. La estructura del argumento trata de responder a las dos partes de la pregunta del Subsecretario Restrepo Brand: ¿Por qué y cómo —en ese orden— la organización comunal y social es protagonista del desarrollo en Colombia?

En la primera proposición (un intento de respuesta al por qué), se da cuenta del aspecto particular del movimiento o de la organización comunal. En la segunda proposición, planteo la importancia de ese aspecto por la vía de afirmar lo positivo y, en algunos casos, de señalar lo que podría definirse como negativo. Trato de plantear así una proposición del tipo porque está así… entonces es necesario… Así abordo el cómo, con un tono donde predomina el deber ser o lo que se está experimentado como señales esperanzadoras o signos de renovación.

Porque
La acción comunal es una expresión social organizada, autónoma y solidaria de la sociedad civil, cuyo propósito es promover un desarrollo integral, sostenible y sustentable, construido a partir del ejercicio de la democracia…

Entonces
Es válido fomentar este movimiento, mientras sea fiel a los principios democráticos que la sustentan. El déficit de ciudadanía que identifican muchos dirigentes sociales y políticos y que se concreta en la ausencia de actores sociales sólidos, tiene un referente distinto en la Acción Comunal, a pesar de los vicios que se puedan evidenciar allí.

Porque
Es un movimiento que está organizado en todo el país, y se coordina desde el nivel local al nacional

Entonces
Vale la pena contar con un actor como la acción comunal, pues es un potencial para el diseño y la ejecución de iniciativas de desarrollo con participación ciudadana, desde los ámbitos local, regional y nacional.

Porque
Es un semillero de dirigentes sociales, quienes actuando como dignatarios de un organismo de Acción Comunal, desempeñan cargos de dirección, administración, vigilancia, conciliación y representación.

Entonces
Se cuenta con ciudadanos formados para el servicio y la conducción de las comunidades. Es necesario asumir la Acción Comunal como una escuela de liderazgo social y político.

Porque
Se organiza para atender problemas concretos y organizar a las comunidades en torno de intereses específicos. Porque convoca ciudadanos, diagnostica problemas, planea y ejecuta acciones…

Entonces
Deben fomentarse acciones mucho más colectivas; ampliarse las Comisiones de Trabajo, como los órganos encargados de ejecutar los planes, programas y proyectos que define la comunidad.
Deben consolidarse las Juntas de Vivienda Comunitaria que, además de ser semilleros de Juntas de Acción Comunal, atienden uno de los problemas clave en política social: el déficit habitacional.

Porque
Delibera con procedimientos estatutarios, define con mecanismos democráticos y da cuenta ante el Estado por sus actuaciones.

Entonces
Es necesario mantener escenarios de pugna democrática, en los que se acojan las decisiones mayoritarias. El país requiere más espacios de deliberación y conciliación, y de procedimientos cada vez más democráticos, superando las leguleyadas y las violencias… con un espíritu participativo y generoso, más atento a facilitar que a estancar procesos.

Porque
El fin último de la organización comunal es el desarrollo de la comunidad, entendido como el conjunto de procesos económicos, políticos, culturales y sociales, que integran los esfuerzos de la población, sus organizaciones y del Estado, para mejorar la calidad de vida de las comunidades.

Entonces
Su norte es un proyecto político que implica convocatoria a la solidaridad de la comunidad y gestión ante el Estado… Es pertinente fomentar este doble trabajo, sin temerle a la acción política, pero asumiendo la política como el ejercicio de derechos, no como el pago de favores personales.

Porque
Las juntas de acción comunal son organizaciones cívicas y comunitarias de gestión social, sin ánimo de lucro, de naturaleza solidaria, integradas voluntariamente por los residentes de un lugar que aúnan esfuerzos y recursos para procurar un desarrollo integral, sostenible y sustentable con fundamento en el ejercicio de la democracia participativa.

Entonces
Es necesario depurarlas de la injerencia politiquera y oportunista, y fortalecerlas, con nuevas iniciativas que eviten la reproducción de vicios copiados de los movimientos políticos y las proyecten como movimiento social con presencia local, regional y nacional.

Porque
Las organizaciones comunales poseen y manejan bienes económicos y tienen iniciativas productivas.

Entonces
Es válido fortalecer su tránsito de entidades sin ánimo de lucro a actores vitales del sector de la Economía Solidaria, sobre todo cuando las crisis del capitalismo desafían la formulación de nuevas formas de solidaridad y distribución de la riqueza.

Porque
Son una expresión organizada de la comunidad, con amplia trayectoria histórica (más de medio siglo en Colombia) las organizaciones comunales tienden a vivir un liderazgo aislado, en tanto suponen que están por encima de otras formas organizativas…

Entonces
Es vital generar estrategias de fortalecimiento interno sin dejar de abrir canales de relación para establecer diálogos e interacción con otros actores sociales. Una vía para lograr tal fin estaría en la apertura a nuevos liderazgos, entre los que se cuente con jóvenes, mujeres y activistas de diferentes movimientos sociales.

Estas reflexiones, que deberán ser alimentadas con los resultados de la intervención realizada desde el 2005 en esta dirección, tal vez permitan bosquejar unas pautas de las que podrían ser las líneas generales de una política pública para el fortalecimiento de las organizaciones comunales y sociales.

La transformación toca a las organizaciones comunales. El buen vino de la transformación política y administrativa de la ciudad de Medellín en los últimos años no puede servirse en las viejas copas del clientelismo y la corrupción. Nótese que la noción de transformación implica cambio, no necesariamente abolición, aunque en un proceso de transformación muchos desaparecen.
En este sentido, fortalecer y transformar el movimiento comunal y la organización comunal es un proceso que pasa por re-visarlos y por revisarlos.

Sí; re-visar, es decir, volver a visar, reconocer el lugar de la acción comunal, como actor social que se basa en la acción común, en la actuación conjunta; sin duda, es un actor necesario en la consolidación de un proyecto de sociedad participativa y co-responsable en la construcción del desarrollo, este re-visado es responsabilidad del conjunto de la sociedad política que mira a la Acción Comunal por los vicios que hoy tiene y no por el potencial que representa.

Será necesario, también, re-visar su norte, redirigir la mira hacia una identidad más ligada a su consolidación como actores del desarrollo que a su condición de instrumentos de la politiquería; esta re-visión le corresponde al propio movimiento comunal que, de manera autocrítica y seria, mire hacia dónde camina y hacia dónde desea caminar; tal vez descubra que está caminando en dirección diferente de la que recorren las comunidades y, tal vez por ello, no convoca al grueso del tejido social.

Y, sobre todo, será necesario revisar la organización comunal, examinarla con atención y cuidado; pasarla frecuentemente por un examen para detectar si su estructura y sus dinámicas se ajustan a los nuevos vientos del ejercicio de la ciudadanía para corregir rumbos si es el caso; o para constatar su funcionamiento y validez como estructura amplia, participativa, democrática, pluralista, conforme a la dinámica social y ajustada a la normativa. Esa revisión está en manos de la institucionalidad, desde las acciones de vigilancia, inspección y control y desde la necesidad de acompañar las organizaciones comunales para su fortalecimiento; pero está también en sus instancias fiscalizadoras y, principalmente, en la ciudadanía representada por estas organizaciones que deberá pasar de la mendicidad al ejercicio y a la exigencia de los derechos.


[1] El movimiento comunal en Colombia. 1991-2002. John Jairo Llano Cano. Tomado de http://www.monografias.com/trabajos39/movimiento-comunal/movimiento-comunal.shtml. Consultado en marzo 30 de 2009.

1 comentario:

Andrés dijo...

EL movimiento comunal de Medellín..

comparto en gran medida los comentarios aportados por Ignacio Sanchez, Coordinador de la intervención del Municipio de Medellín para el fortalecimiento de la organización comunal de la ciudad en el 2009.

me parece oportuno dar relevancia a dos elementos más, que pueden coadyuvar a la juiciosa lectura planteada desde el deber ser de las organizaciones comunales, orientadas ademas por la justificación legal del movimiento comunal como ejercicio constitucional del Derecho de Libre Asociación para el desarrollo de actividades de las personas en sociedad.

Estos elementos son a su vez los ejes estructurantes del plan de desarrollo del actual alcalde Alonso Salazar: la Solidaridad y la Competitividad, y son indispensables para recuperar el verdadero sentido, y retomar la importante labor de estas organizaciones en la gestion local para el desarrollo de la sociedad.

el primer elemento es la Solidaridad, como fin principal de las organizaciones comunales, en pro del interes colectivo, el trabajo en equipo, la practica de la democracia en espacios locales y cercana a todos, para fomentar la inclusion y la activa participación de la comunidad en espacios de toma de decisiones colectivas.

el segundo es la competitividad, que se entiende en la lectura actual de las dinamicas sociales cambiantes, las cuales exigen estar al dia frente a las contingencias y constantes cambios que propone el desarrollo social orientado por la globalización, lo cual demanda mayores capacidades en las organizaciones comunales.

lo anterior es coherente con la re-vision y la revision del movimiento comunal de Medellín y del pais en general.